“Esa tos se le quita con dos cucharadas soperas de tomillo seco en una taza de agua caliente”; cuántas veces hemos escuchado a nuestras abuelas con sus recetas naturales para contrarrestar esa gripa que nos aqueja, estos remedios

caseros que son parte del acervo cultural de la humanidad, han pasado de generación en generación.

 

Con el transcurso de los años y la entrada de la tecnología, se han disipado las creencias ancestrales, para Genoveva Restrepo y otras cinco mujeres campesinas, trabajadoras de sus huertas caseras, este tema tomo relevancia a

partir de un taller en el que les indagaron sobre la importancia de recuperar las creencias y prácticas de las plantas medicinales…

 

La Empresa Comunitaria Agropecuaria Aromas de Occidente, ubicada en el corregimiento de Pinguro, municipio de Giraldo, inicio desde el año 2006 con un propósito: recuperar las creencias de los abuelos en relación a las propiedades de las plantas existentes en el municipio. Así empezaron a cultivar plantas medicinales como caléndula, romero, ruda, penca, manzanilla, entre otras, y a base de estas desarrollar algunos productos como shampoo, crema de manos,

pomadas y jabones.

 

“Al principio no era para comercializar, era para el consumo de las familias y las personas empezaron a pedir”, aclaró Genoveva. Buscando capacitación y acompañamiento de diferentes entidades para fortalecer su idea de negocio, se

dieron cuenta que sus productos podían dar respuesta a otras necesidades como el cuidado del pelo y la piel.

 

Hoy cuentan con una casa para la sala de procesamiento, participan en ferias y trabajan activamente en cumplir todos los criterios para consolidarse como un Negocio Verde, entre ellos, tienen el acompañamiento de una química

farmacéutica para dar cumplimiento a una de las exigencias para obtener el registro Invima.